Descripción
La palabra amatista proviene del griego “améthystos” que quiere decir sobrio.
Como gema, es la variedad más importante del cuarzo debido a su coloración violeta. Siempre se ha sabido el gran valor que ha tenido desde las épocas más antiguas.
YACIMIENTOS Y FORMACIÓN DE LAS AMATISTAS
La amatista se forma en filones con soluciones ricas en óxidos de hierro que le dan ese color característico a temperaturas inferiores a los 300 ºC. Su color violeta característico puede ser más o menos intenso, según la
cantidad de hierro (Fe3+) que contenga.
Se encuentra en geodas que pueden ser de gran tamaño, cavidades formadas en las rocas eruptivas básicas debido a la dispersión de los gases durante el periodo de consolidación.
Estas geodas se hallan totalmente repletas de minerales diversos y no es raro encontrar asociaciones con calcedonia que forman estratos en las paredes de las mismas geodas. Es frecuente que las de tamaño pequeño o medio se encuentren totalmente lleno de cuarzo violeta.
Los yacimientos del Brasil son muy importantes y producen amatistas de gran variedad de tonalidades.
En la Serra do Mar, estado de Río Grande do Sul, la amatista aparece en geodas aisladas gracias a la disgregación de las rocas en donde estaban incluidas.
Estas geodas, cuya forma asemeja a un panecillo, pueden aparecer también en los cursos fluviales de la zona. En las pegmatites de Rio grande do Nortey en Ouro Preto y Compos dos Cristàis, estado de Minas Gerais, la amatista aparece por el contrario en drusas en el interior de una roca madre alterada y terrosa.
Las Amatistas para decoración: En los basaltos de Iraí, soo Gabiel Planalto, Rodeio Bonito.
Las Amatistas para colección: En las pegmatites de Rio Grande do Norte, Ecuador, Parella, Virgen das Lapos y para bisutería, rodados, en filones incluidos en basalto originando grandes cristales de 50 cm. En Minas Novas, estado de Minas Gerais, este mineral se encuentra en yacimientos aluviales acompañado por topacio azul celeste o incoloro, turmalina y crisoberilo. También se extrae en Brajinho, estado de Bahía, así como en los estados Cearà, Espirito Santo, Mato Grosso y Pianì, Brasil y en México se han hallado amatistas de un delicado color lila rosado, denominado comercialmente “rosas de Francia”.En los pueblos de Amatisclan y Piedra parada, cerca de las vigas (estado de Veracruz) En condiciones análogas a las brasileñas de Rio Grande do Sul se encuentran los yacimientos uruguayos de Matta Perro, donde el color de las amatistas es oscuro, algo azulado.
Al igual que en otras muchas gemas, también esta variedad de cuarzo aparece entre las arenas preciosas de Sri Lanka. En Sudáfrica se extraen cristales de amatista de grandes dimensiones en drusas no demasiado profundas, cerca deNamibia.
Las amatistas de Guanajuato, México, son de un típico color violeta rojizo. Estos yacimientos que habían sido
descubiertos en tiempos pasados por los excavadores aztecas. En Madagascar, Tamatav y Betafo, también se obtienen ejemplares de un color violeta intenso.
Los yacimientos rusos son importantes tanto por su producción como por la calidad del material. La amatista
aparece en geodas en los mismos filones en donde se extrae el berilo y el topacio, en Mursinka (Urales). También en la zona oriental de los ríos Alabaschka y Schilowska y otras localidades. En la Trasnsbaikalia, en Moulina y Godymboi, la amatista aparece en cavidades de las rocas basálticas.
Diversas son las localidades de Estados Unidos de producción y de América septentrional, aunque la calidad y
la cantidad son inferiores a los yacimientos antes mentados. Los centros más importantes se encuentran en Virginia, Carolina del Norte, Colorado, Georgia, California y Canadá.
Además de los yacimientos rusos, también existen otros centros de producción europeos, por ejemplo el del valle del Nahe, Oberstein, en Alemania, en geodas, aunque importantes están agotados desde tiempo atrás.
En España existe un material de buen color purpúreo en Cartagenaen Murcia, Viladrau, Sils, y Vic en Catalunya y con tonalidad mas suave en El Cerro Muriano, Córdoba. En Francia hay yacimientos ya desde hace dos siglos. Los más importantes son los de Auvergne, en Vernet-la-Varenne, Condat, Champagnat, en el Puy-de-Dôme y en el alto Loira, aunque de menos importancia.
En Italia existen buenos cristales en el Valle Aurina y con tres intensidades de color: violeta claro con tendencia al ahumado, violeta claro fuerte y violeta intenso y oscuro con una ligera tonalidad púrpura, y en la Isla de Sicilia.
HISTORIA DE LA AMATISTA
La variedad violeta del cuarzo, la amatista, se dice que era la piedra preciosa que ordenó Dios para el racional del Sumo Sacerdote y era uno de los cimientos de la ciudad celeste vista por San Juan y descrita en el Apocalipsis.
Seguramente se conocía desde épocas remotas pero es posible que se confundieran con otras piedras de color
violeta rojizo y en especial con el granate variedad almandino.
En los escritos de Plinio se observaba esta confusión ya que él distingue entre 4 variedades de dicha gema, una de color púrpura, de color similar al rubí, una segunda con el color del
Jacinto de Compostela, una tercera de color más pálido y una cuarta con el color del vino, y añade que algunos
denominan a estas piedras paoderos o anteros y otros piedras de Venus.
Bien conocida es la supuesta propiedad de proteger contra la embriaguez y de ahí deriva su nombre griego amethystos (sobrio). Plinio y Plutarco no parecen compartir esta opinión ya que ellos atribuían el nombre de amatista al hecho de que tales piedras no poseen el color de vino de calidad, sino del
vino aguado.
Según una antigua leyenda, Amatista era el nombre de una ninfa de extraña belleza que tuvo la desgracia de despertar la admiración de Baco en una de sus orgías. Horrorizada ante la idea de tener que compartir la pasión de tal amante rogó con tanta fuerza a la diosa de la castidad que ésta la transformó en una gema brillante cuando Baco se acercó a abrazarla.
Sorprendido y humillado, Baco dio la joya su color preferido, el del vino, y en recuerdo de la hermosa Amatista y de la lección recibida decretó que las piedras violetas tendrían el poder de proteger contra los efectos de la embriaguez. La leyenda tenía tanta fama que la amatista pasó a ser considerado como un amuleto contra los efectos del alcohol e incluso Aristóteles dijo que colocada sobre el ombligo de un borracho tiene la capacidad de absorber los humos del vino y de devolver la lucidez al borracho.
Los antiguos romanos también compartían esta opinión pues llegaban incluso a fabricar copas con este material, grabando en ellas la cabeza de Baco.
Entre las virtudes atribuidas a la amatista está la de proteger los campos de las tempestades y de las langostas. En los claustros de los monasterios budistas enclavados en las faldas del Himalaya acostumbran a figurar rosarios de tales piedras.
También se dice que en el anillo regalado por San José a la Virgen María había una amatista, tal vez debido a ello
comenzó a simbolizar la piedad y ayudar a alcanzar la castidad. Este hecho explicaría el por qué esta gema es la
única utilizada por los príncipes de la Iglesia Católica.
Parece ser que San Isidoro comparaba la amatista a la Santísima Trinidad pues en ella se encuentra agrupados en tres colores, el púrpura que correspondería a Dios Padre, el violeta a Dios Hijo y el rosa al Espíritu Santo.
La amatista era también muy apreciada en el Medievo y más tarde en el Renacimiento. Se usaba como gema y era lo habitual en las esculturas, copas o jarrones grabados en este mineral precioso.
En heráldica es el emblema del pudor y el símbolo de San Mateo Apóstol simbolizando la humildad, la sobriedad y la gentileza.
AMATISTAS CÉLEBRES
Entre las diversas esculturas efectuadas con esta variedad de cuarzo hay que destacar un busto del general Trajano, una cabeza de Minerva y un Hércules. No existen datos sobre el paradero actual de dichas piezas, si es que existen, a excepción del busto de Trajano que parece haber sido llevado a Berlín por Napoleón.
Como joya es famoso un collar de amatista propiedad de la reina de Carlota de Inglaterra, y algunas inclusiones de la Corona de la reina madre.
En el British Museum de Londres figuran tres ejemplares espléndidos: uno procedente de Brasil tallado en forma oval y de 343 kilates de peso. Los dos restantes proceden de Rusia y pesan respectivamente 90 kilates (perfil hexagonal) y 75 kilates (redondo).
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